La autonomía es lo primero que nos preguntamos cuando pensamos en un vehículo eléctrico. Durante mucho tiempo, la autonomía ha estado limitada a pocos cientos de kilómetros, sin embargo, esta ha evolucionado y varios modelos ya cuentan con más de 400 kilómetros de autonomía. En la práctica, las autonomías reales son inferiores, pero, en general, son más que suficientes para la gran mayoría de los usuarios.

Para definir la solución de recarga que más te convenga, la autonomía del vehículo no es el criterio más importante. Si tienes un punto de carga en tu domicilio o en el trabajo, podrás recargar tu vehículo todos los días. En ese caso, el primer criterio a tener en cuenta será la distancia de recarga diaria. De media, un vehículo recorre una treintena de kilómetros diarios. Para recargar tu vehículo 30km, necesitas enchufarlo únicamente una o dos horas a una toma reforzada o un cargador de 3,7 kW.

También hay que tener en cuenta la potencia máxima de carga aceptada por el vehículo. La mayoría de los vehículos acepta solamente la recarga en monofásico. Entonces, la potencia queda limitada a 7,4kW. Si el vehículo acepta la recarga en trifásico, es posible aumentarla hasta 22kW. En ese caso, la recarga es rápida (de 45 minutos a 1 hora para recargar 100km).                                                                             

Cuidado: estos cargadores están únicamente adaptados para usos específicos.

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