Proporcionar a tus empleados o clientes un punto de recarga para vehículos eléctricos o híbridos ofrece varias ventajas. Ayuda a fidelizar y captar nuevos clientes y a mejorar la imagen de marca, aumentando tu compromiso con la transición energética. La transición a la movilidad eléctrica también permite reducir los costes de tu flota de vehículos y rentabilizar su uso.

Un punto de carga rápida permite recargar en tan solo unas horas, frente a los sólo 30 minutos de los puntos de carga ultrarrápida. El primer tipo de cargadores son más adecuados para cargar en horario laboral, mientras que el resto son más adecuados para recargar la flota de la empresa durante sus viajes o trayectos.

A largo plazo, suele resultar más interesante para las empresas recurrir a los vehículos eléctricos. El coste de adquisición suele ser más caro, pero su consumo sigue siendo mucho más asequible, ya que el combustible tiene un precio mucho más elevado que la electricidad. Además, el coste de mantenimiento de un vehículo eléctrico es menor. Asimismo, hay ayudas para la adquisición de vehículos eléctricos de los que las empresas pueden beneficiarse.

Para optimizar los costes asociados a la compra de un vehículo eléctrico, las empresas pueden instalar un punto de recarga alimentado por paneles solares.

Los cargadores pueden bloquearse y sólo activarse a través del uso de una tarjeta RFID propia para los empleados o visitas, que permiten dar acceso a los cargadores. De esta manera se evita que cualquier persona pueda acceder a la infraestructura de recarga.